21
Ese día hubo una algarabía porque el señor Manuel había dejado la tienda de abarrotes para irse del país lo antes posible. Pero, ¿cómo? ¿Por qué se fue? Si era muy bueno con nosotros, cada vez que podía, a gruñidos, pero muy buenl. Ya lo habian robado dos veces, me contó un amigo que recién había llegado al trabajo donde estábamos. ¿Cómo podía haberlo sabido el antes que yo? Seguramente porque era de esos tipos que le prestaba más atención a no perder las cosas que a encontrarselas. Para ayudarme, días atrás, Luisana, mi novia, me había dado su cartuchera, con todos los colores que usaba para pintar sus diseños, con esta instrucción. J, no debes perderla, si lo haces, se acabó. Rezongué un okey, largo y tendido, en mi cabeza; de resto solo asentí. Seguí hablando con Manuel, pero no el vendedor sino mi compañero, pero, ¿por qué se fue? En una casi lo matan, un golpe porque se resistió y el marcapasos casi lo hace cruzar el puente. Demonios, es que ya no se puede, respondí. La zona donde