Completa confesión

A Carlos Noguera 

Esta confesión es un asunto compartido, Oswaldo también tiene un trozo de culpa; él, los chinos y la cerveza.

También lo vimos, con su humor criptico de siempre en Margarita, cuando era el homenajeado, me susurró, "las nuevas generaciones se equivocan". Esa fue la última.

Indudable que sus muchas historias tienen cosas que contarnos, sus regaños sutiles y certeros a la hora de fabricar nuevas manos para los cuentos. ¿Hasta dónde cabría tanta pasión por una docencia de ficción que llevaba más de treinta años?

La inclemencia penitente de la asistencia a darnos sus consejos. De ahí salieron mis mejores trazos, si pudiera decirse. Y de ahí una frase que retumba como axioma "nunca reveles la identidad de tus personajes" luego de disparar con imágenes (de gato, de silencio, de un regalo para Julia)

Y así fue pero hoy omito ese precepto...

La culpa de Oswaldo, los chinos y las cervezas. Fuimos nosotros 4.

Una ronda llevó a la otra, casi a las 9 de la noche se nos ocurrió la genial idea de llamarlo anónimamente a ver que nos decía. Ninguno de los dos esperaba su respuesta.

Fue ahí, en la cabina telefónica más abajo de la parada de metrobus de Las Mercedes.

"Señor Carlos Noguera?"
"Si, dígame"
"Le tengo una novela policial que creo le puede encantar"
"...eso está muy bueno ¿sabías que ya casi nadie se dedica a eso? ¿Por que no te pasas por mi oficina y conversamos. Anota ahí"
"Muchas gracias"

La infinita inocencia por sus pasiones trascendió a la broma, hasta tal punto que nos hizo pensar a Oswaldo y a mi, si de verdad debíamos escribir una novela policial.

Te la debemos, Carlos. Hasta siempre maestro.

 

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