Princesas rojas

No he cambiado el nombre, ni me interesa, es perfecto. Me dicen que es el primer estreno del año en el país, yo digo apresurándome que debería quedarse en ese podio.

La primera cosa que dije fue: a uno no le importa tanto los detalles técnicos porque la trama es muy buena, si uno no critica los aspectos técnicos es porque se sobreentiende que están bien hechos. Se pierde uno en la historia de un cuento más que en que falte una coma en lo escrito. Ese es el primer aplauso.

La realidad que bordea cualquier espacio está solapado con la inocencia, la reconstrucción de signos que emergen desde cualquier lado, lo bueno de la niñez es eso que todo es bueno.

A veces, comento con Elena y ella me lo dice de vuelta, que detesto algo este anclado en la realidad y me la muestre como un crónica, un reportaje y eso fue quizás la peor-mejor cachetadas de princesas rojas tiene matices autobiográficos pero ni siquiera me enteré, más aún, ni siquiera me importó.

La historia sucede dentro de la revolución sandinista visto desde la infancia, esta en equilibrio esa misma frontera del descubrimiento, del paso de la niñez a lo adultez obligada, tan precoz, tan aprendizaje de golpe. Sin comparar, me recuerda a "lengua de las mariposas" siempre hay algo perdido y siempre está la posibilidad de encontrar. 

¡Canto en ruso!


Comentarios

  1. En esta peli la referencialidad no pesa aunque cuente cada segundo. Se teje con la levedad de una memoria sensible que (casi cabe en un pañuelo y) nos devuelve la historia desde otro lugar: entre canciones y pines, abandonos y cuentos de princesas...

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