Las ventajas de ser invisible
O The Perks of Being a Wallflower...
"Aunque nada, nada nos mantendrá juntos. Podemos derrotarles, para siempre" Bowie
Son varios guiños de ojos que se desenfrenan de la cultura beat, devuelve a la actualidad la realidad hipster que tanto se anhela y no se esconde en los lentes de pasta ni lo vintage. Charlie, el protagonista de la novela de Stephen Chbosky, recuerda -salvando las diferencias- a aquel Sal Paradise de Jack Kerouac en On the Road; un triste y melancólico personaje que por alguna u otra razón se conecta con alguna emoción del lector. Alguna vez lo dije, la novela es un On the road for dummies en género epistolar (hasta tiene el amarillo característico)
Es inevitable la emotividad, como el mismo personaje deja verse en un ritmo de montaña rusa que nos conduce a nosotros también hacia una inevitable risa, grito o llanto; quizás las tres.
La adaptación al cine es una impecable fórmula, Chbosky evitó sentirse frustrado por aquel síndrome de guionista que me dijo un profesor alguna vez "nunca pasa lo que se escribe" así que decidió ser él mismo el director. Frustración doble si se es el escritor de la novela y no resulta todo tan bien.
Sigue siendo una montaña rusa que comparada con el libro destaca por el suspenso del guión que cala más profundamente al escucharse a Bowie sonando.
Pero, al final, el libro siempre quedará. Hace poco que la término renuevo la frase: las últimas 15 páginas de un libro favorito siempre duelen más que las de una película favorita; es kinestesia, en el libro tienes el tiempo entre tus manos.
Tu amigo, Leo
(Los que lean esta obra sabrán porque)
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